Una Navidad para celebrar que seguimos luchando

Por Recamasa 23.12.2020

Adios, 2020, adios

Estamos a las puertas del periodo navideño. Unas Navidades y un fin de año que sin duda alguna marcarán el final de un año, este 2020, que seguro que todos imaginábamos diferente.

Ha sido un año para olvidar muchas cosas. Marzo marcó un momento muy agrio para todos. Nos confinamos en nuestros hogares y dijimos adiós a los paseos, a los viajes, a la cercanía de nuestros familiares y seres queridos que a pesar de que en muchos casos se encontraban a tan solo una decena de kilómetros, en ese momento, nos distanciaba de ellos una inmensidad. Y cuando pensábamos que el verano se llevaría el frio del invierno y las lluvias de la primavera, nos dimos cuenta de que las restricciones y las mascarillas seguirían con nosotros por algunos meses más.

 

Un año en el que nos hemos dado cuenta de hasta donde podemos llegar.

No sabemos que nos traerá 2021 y a cuanto estamos de la salida de este túnel. Lo que si sabemos cómo sociedad, es que 2020 nos ha demostrado lo fuertes, lo resistentes que somos, pero sobre todo nos ha demostrado hasta donde somos capaces de llegar para cuidar y sacar adelante a los nuestros sin importar lo que se nos ponga por delante.

Hemos sudado la camiseta en los almacenes, en las carreteras, en los puertos y los aeropuertos, en los hospitales, en los colegios, pero también en casa, haciendo malabares muchas veces para ser a la vez padres, madres, hijos e hijas, amigos y amigas mientras que a la vez nos estrenábamos en esa cosa de la que habíamos oído hablar tantas veces pero que nos era en cierta manera ajena, el teletrabajo.

Y escuchado historias, muchas historias de vecinos ayudándose unos a otros, sanitarios dejándose la piel en los hospitales, de transportistas que han recorrido miles de kilómetros para que no nos faltase nada, de voluntarios atendiendo a los más vulnerables, ejemplos todos de hasta donde llega el altruismo de las personas.

Celebremos ante todo la vida.

Tal vez no tengamos las cenas y comidas de otros años, tal vez echemos en falta a muchos que este virus nos ha arrebatado, pero sí que deberíamos mirar para atrás y darnos cuenta de hasta donde hemos llegado y de todo lo que hemos superado.

Y celebrar, celebrar que el año que viene y el siguiente continuaremos trabajando, acompañando a nuestras familias, a nuestros amigos y compañeros que peor lo están pasando para retomar la vida que este virus nos ha trastocado.

Los próximos años, vendrán como siempre llenos de retos, pero también de oportunidades y de los regalos que la vida, de vez en cuando (es verdad que con cuenta gotas) nos da.

Así que celebremos recordando a los que no están y también a los que estamos, tal vez valorando más los pequeños momentos, pisando el freno, disfrutando todo lo que nos rodea y sobre todo recordando la lección más importante que 2020 nos ha dado.

Y es que no estamos solos, ahí fuera hay gente cercana, pero también médicos, transportistas y multitud de héroes anónimos que en los momentos difíciles aportarán toda su energía y hasta su vida para que salgamos adelante. Este año, más que nunca, el 31 de diciembre, cuando estemos viendo el reloj de la Puerta del Sol, hay que brindar por la vida.