LA LOGISTICA POST-COVID

Por Recamasa 07.05.2020

Tecnología, factor humano, sostenibilidad y cercanía darán forma al futuro del sector. 

La Covid-19 ha marcado un antes y un después en la actividad humana. Ningún ser humano, gobierno, compañía u organización parece que funcionará de la misma manera que en febrero. Retomaremos una normalidad muy cercana a los nostálgicos tiempos pre-pandemia, pero el coronavirus, que nos ha puesto de contra las cuerdas y ha producido un enorme sufrimiento, también ha traído debajo del brazo lecciones y ha puesto de relieve cuestiones que de una manera u otra tomaban forma, eso sí, lejos de los focos mediáticos y de las mesas de decisión.

Actitudes y aptitudes como garantía en un entorno impredecible.

Los trabajadores lo primero. El factor humano se ha revelado como una de las herramientas clave en un entorno de incertidumbre, en el que, debido a múltiples retos y amenazas, la necesidad de adaptación ha sido constante.

Y no sólo por las aptitudes de los empleados. Sus actitudes y la propia cultura organizativa han demostrado que la continua comunicación, la horizontalidad, la capacidad de liderazgo y la proactividad han sido fundamentales ante la falta de unas reglas preestablecidas que permitiesen actuar de una manera pautada. El cambio en las relaciones laborales ha sido, en este sentido, uno de esos vectores en los que, pese a que se intuía cierto cambio, han acabado por demostrar la necesidad de transformación.

La digitalización. Flexibilidad y la anticipación para afrontar los cisnes negros del futuro.

Otro de los grandes elefantes en la habitación. Como indica el artículo del medio on-line Modaes.es, Logística tras el coronavirus: eficiencia, proximidad y menos intermediarios para mover la moda del futuro, la flexibilidad y la capacidad de anticipación que otorgan el big data y la inteligencia artificial serán fundamentales en un futuro marcado por la experiencia actual, en el que cisnes negros, poco probables, pero con una gran capacidad de transformación, dejen un futuro en el que haya que actuar rápido. La información, rápida y profunda que estas herramientas aportan, muchas veces en tiempo real, será fundamental para adaptarse ante momentos de tensión por el lado de la oferta o la demanda.

También los vehículos autónomos y los drones se han revelado como grandes jugadores de la logística del futuro, sobre todo en situaciones en las que el factor humano no pueda actuar por diferentes tipos de restricciones, siempre claro está, para envíos críticos y muy específicos. Un ejemplo es el vital papel que han jugado en el transporte de medicamentos y material sanitario crítico y que, pese a que ha alcanzado un gran eco por el momento actual, no debería caer en el olvido, más aún debería ser incluido como un componente de cualquier estrategia de operaciones de transporte y distribución.

Desarrollo sostenible y cercanía. Un futuro marcado por la movilidad alternativa y la producción local.

Aunque se trate de hechos diferentes, todo parece responder a una misma lógica, dar un paso atrás, ser menos dependientes del entorno y valorar opciones más sostenibles y cercanas. Hemos dado un importante respiro al medio ambiente en un momento en el que la actividad logística y de distribución, sobre todo en el entorno urbano, ha sido frenética. Esta excepción parece demostrar así que el futuro del sector y la sostenibilidad no son excluyentes y que pueden ir de la mano.

También las grandes cadenas de suministro deslocalizadas parecen haber dejado patente lo arriesgado de depender de un suministrador que está localizado a miles de kilómetros. El mundo del futuro, previsiblemente, pisará el freno de la globalización para acercar mucho más toda la cadena de valor y ser menos vulnerable a efectos adversos de escala mundial. Lo local gana peso.

Y, sobre todo, el reconocimiento a la relevancia estratégica de todo un sector.

Y lo más importante de todo, el sector del transporte, la logística y la distribución se ha convertido gracias al coronavirus, en un sector estratégico y fundamental. No es que no lo fuese antes, pero la concienciación social y sobre todo, la de gobiernos e instituciones, ha puesto de relieve el gran esfuerzo que trabajadores y empresas han llevado a cabo durante estos meses para dos cuestiones tan importantes como el mantenimiento de las necesidades básicas de la población y el mantenimiento de la lucha contra la pandemia, reforzando las cadenas de suministro y permitiendo hacer llegar, material sanitario, medicinas e incluso la infraestructura necesaria para poner en pie grandes hospitales de campaña.